Girona. El técnico del Girona, Míchel, ha admitido la presión que recae sobre su cargo, especialmente ante la situación actual del equipo, que se encuentra en puestos de descenso. Reconoce que los resultados son determinantes y que su continuidad en el banquillo no está garantizada.
El entrenador afronta un partido crucial contra el Barcelona, calificado como un ‘matchball’, donde la victoria es fundamental para intentar revertir la dinámica negativa. Míchel ha declarado que su enfoque principal no está en su futuro personal, sino en la mejora del rendimiento del equipo: «No miro lo que me pueda pasar a mí».
La declaración subraya la importancia de los próximos encuentros para definir el rumbo del club y la permanencia del técnico al frente del primer equipo. La afición espera un cambio radical para salir de la zona baja de la tabla.
Fuente: Marca