‘Rawdogging’ maratones: ¿ha descubierto la Generación Z el secreto para recuperar nuestra concentración? La práctica, aunque con un origen controvertido en el argot sexual, ha evolucionado para describir la realización de actividades sin preparación, protección o distracciones.






En su acepción moderna, ‘rawdogging’ se refiere a la ejecución de tareas, desde exámenes hasta vuelos largos, sin ningún tipo de apoyo o entretenimiento. Sin embargo, el concepto que nos ocupa no se trata de hacer algo, sino de no hacer nada durante un período prolongado.
Específicamente, implica sentarse inmóvil y mirar al vacío durante un tiempo determinado, y lo más importante: sin el uso del teléfono móvil. Tampoco se permite escuchar música, leer o estar en entornos como la ducha o la cama, ya que se desvirtuaría el propósito de la práctica.
La práctica de ‘rawdogging’ y su impacto en la atención
Un «influencer» de productividad llamado Rowan popularizó recientemente el término al documentar cómo practicaba ‘rawdogging’ durante una hora diaria. Su objetivo era mejorar su capacidad de atención. A pesar de la aparente ironía de compartir esta práctica en TikTok, Rowan afirmó haber notado mejoras en su concentración y productividad, inspirando a muchos de sus seguidores.
Esta tendencia ha sido vista por algunos como una reinvención de la meditación por parte de la ‘Generación TikTok’. Sin embargo, los jóvenes de hoy se enfrentan a niveles sin precedentes de distracción. Mientras generaciones anteriores tuvieron que aprender a tolerar el aburrimiento, las nuevas generaciones deben cultivar activamente esta habilidad.
Los neurocientíficos sugieren que el aburrimiento, lejos de ser un estado negativo, es un estímulo crucial para el pensamiento creativo y el bienestar cerebral. Por lo tanto, dedicar tiempo a estar sin distracciones puede ser fundamental para fomentar la concentración y la creatividad en la era digital.
En resumen, la práctica aboga por la idea de que «una hora sin el teléfono nunca se desperdicia», contrastando con la interpretación errónea que equipara ‘rawdogging’ a acciones imprudentes y peligrosas.
Fonte: The Guardian