El Eibar ha encadenado su cuarta derrota consecutiva como visitante, un patrón preocupante que se repite jornada tras jornada lejos de su estadio, Ipurua. Desde el empate inicial en Málaga, el equipo no ha logrado sumar puntos en sus desplazamientos, acumulando resultados adversos en Huesca, Cádiz, Ceuta y Gran Canaria. Con solo un punto de quince posibles, se sitúa como uno de los peores equipos de la categoría en condición de visitante.
Si bien la notable trayectoria como local, con 11 puntos de 15, impide que el Eibar caiga más abajo en la clasificación, la necesidad de una reacción a domicilio es evidente. El fútbol se rige por los resultados, y el equipo ha regresado de vacío en sus últimos cuatro encuentros fuera de casa, a pesar de haber mostrado fases de buen juego e incluso superioridad sobre sus rivales en algunos de ellos. Sin embargo, la falta de eficacia le está pasando factura.
Eficacia bajo mínimos en ataque
En estas cuatro derrotas consecutivas, el conjunto armero solo ha logrado anotar dos goles. A pesar de generar numerosas ocasiones, con un total de 45 remates, tan solo el 22% ha ido entre los tres palos. En el último encuentro en Gran Canaria, a pesar de dejar buenas sensaciones durante la primera media hora, el equipo no supo capitalizar su dominio en el marcador. Por el contrario, Las Palmas mostró mayor acierto y contundencia para batir al guardameta Jonmi y neutralizar la buena propuesta inicial del Eibar.
El inicio de temporada del Eibar presenta un paralelismo con la campaña anterior, marcado por el contraste entre sus resultados en casa y fuera, y sus dificultades para traducir el dominio en goles. Las buenas intenciones no son suficientes; el equipo necesita ser más agresivo en el último tercio del campo y mostrar mayor serenidad en los metros finales para tomar mejores decisiones y mejorar su puntería. Estos detalles, aparentemente menores, cobran una gran importancia en una categoría tan reñida como la Segunda División.
Fuente: Marca