A los 13 años, Antonio Blanco dejó su pueblo natal en Córdoba para perseguir su sueño futbolístico. Tras crecer en La Fábrica del Real Madrid y buscar minutos fuera, se ha convertido en un pilar fundamental y capitán del Deportivo Alavés. El centrocampista andaluz es un líder silencioso, guiando al equipo con calma y convicción, sabedor del camino recorrido.
El excanterano blanco ha sabido madurar su talento con humildad y trabajo diario. En el Glorioso ha encontrado el respaldo y la confianza que sentía que le faltaban en el Madrid, forjando así su mejor versión. A sus 25 años, con casi cien partidos oficiales con el Alavés, Blanco vive el presente con serenidad y ambición. Ahora, reflexiona sobre su trayectoria, las dudas de su infancia y su anhelo por llegar a la selección española.
Fuente: MARCA