Nueve niños, decididos a protestar contra la violencia en el fútbol, cortaron la carretera principal del pueblo con una pancarta de «HUELGA». La iniciativa surgió tras la invasión de un campo de fútbol por parte de adultos durante un partido, un incidente que consideraron inaceptable y que la policía no investigó debidamente.
La protesta
La idea de cortar la carretera surgió como una forma de llamar la atención ante la indiferencia de los adultos. A pesar de las dudas iniciales y las sugerencias de acciones más drásticas, finalmente se optó por una protesta pacífica en la vía pública. La acción buscaba generar un impacto y que se tomara en serio su huelga.
Enfrentamiento con los adultos
La protesta se intensificó cuando el padre de uno de los niños, Genaro, intentó pasar con su furgoneta. La policía, representada por Antonia Bermejo, se presentó en el lugar, calificando la acción de ilegal. Sin embargo, los niños defendieron su postura, argumentando que la violencia en el fútbol era más grave y que no se estaba abordando adecuadamente.
La situación escaló con la llegada de más vehículos, incluyendo un tractor de un vecino solidario, Aurelio, que bloqueó la carretera por completo. Incluso padres de los niños se unieron a la protesta, mostrando su arrepentimiento por la invasión del campo.
Impacto y repercusión
La acción de los niños captó la atención de los medios locales, con reportajes de radio y televisión. Helena, una de las portavoces, declaró a la prensa: «Queremos acabar con la violencia en el fútbol, ya está bien. Pedimos que las doscientas personas que han invadido el campo pidan perdón en público». La huelga y el corte de carretera se convirtieron en un símbolo de la lucha contra la violencia en el deporte infantil.
A pesar de la gravedad de la acción, los niños lograron su objetivo de ser escuchados. La protesta culminó con la promesa de continuar con otras acciones si no se atendían sus peticiones, demostrando su determinación para cambiar el mundo del fútbol.
Fuente: AS.com